La quinoa se ha puesto de moda. Y sus propiedades ocupan todas las revistas de nutrición.
La historia de la quínoa es larga. Aunque existen pocas evidencias arqueológicas, lingüísticas y etnográficas sobre este alimento que se originó en los alrededores del Lago Titicaca, parece que se comenzó a cultivar hace unos 7.000 años. Existen hallazgos de restos de quínoa en tumbas de Tarapacá, Tiltil, Quillagua Calama, Arica (Chile) y diferentes regiones de Perú.
La quinoa es una semilla, pero con características únicas al poder consumirse como un cereal, por eso se le llama también pseudocereal. La quinoa provee la mayor parte de sus calorías en forma de hidratos, pero también aporta cerca de 16 gramos de proteínas por cada 100 gramos y ofrece alrededor de 6 gramos de grasas en la misma cantidad de alimento. Además este alimento tiene presencia de ácidos omega 6 y omega 3.
Para preparar la quinoa hay que hacer un lavado previo de las semillas, frotándolas suavemente con las manos, bajo el agua. Luego se hierve como si fuera arroz, por 15 o 20 minutos, o hasta que se abra la semilla.
Finalmente se cuela y listo.
La quinoa es además una buena alternativa para personas que son celiacos ya que su harina es bastante tolerada por este tipo de personas, lo que la convierte en una gran opción para la elaboración de postres, panes, galletas, entre otros.
La quinoa es una opción saludable y genial para incluir en tu alimentación, pero para disfrutarla de forma adecuada es importante que sepas cómo limpiarla bien.
Se recomiendan 48 gramos al día, comer habitualmente quinoa reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, presión arterial alta, cáncer de colon y obesidad.
Aunque existen múltiples tipos de quinoa, las más comunes que podemos encontrar en las tiendas son la quinoa blanca, roja y negra.
Os dejamos un receta muy sabrosa.
