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“Somos lo que comemos”, “la salud es la mayor riqueza” y «tu cuerpo es un templo» son afirmaciones muy ciertas y difíciles de llevar a cabo hoy en día. En el día a día, nos enfrentamos a jornadas fuera de casa, compromisos sociales y nos vemos con muy poco tiempo para dedicarlo a nuestra salud y al equilibrio físico, como la alimentación. Generalmente la solución que buscamos para “matar el hambre” es rendirnos al deseo de comer alimentos prohibidos acompañados de dosis de alcohol. Alimentos muy apetecibles a la vista y olfato al que cuesta decir “NO”.

Muchos alimentos que forman parte de las despensas caseras y de las reuniones sociales son muy apetecibles pero hacen un flaco favor al organismo.

Absolute Beauty te cuenta cuales son algunos de estos productos para que los tengas en cuenta en tu dieta diaria:

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     Azúcar, refrescos, bebidas alcohólicas

      El azúcar se debe eliminar todo lo posible,             es extremadamente perjudicial para la piel y         para todos los órganos. Suprime la actividad          de los glóbulos blancos de la sangre y esto           nos hace más susceptibles a las enfermedades infecciosas (resfriados, gripes, etc). El alcohol y por tanto, los refrescos azucarados también los debemos de evitar por su alto contenido en glucosa y sacarosa.  La única fuente de azúcar debe ser la natural, la que se encuentra en frutas y verduras ya que son antiinflamatorios-antioxidantes.

Café

Aumenta los niveles de cortisol, la ‘hormona de la tensión’, aumenta los niveles de insulina, predispone a la hipertensión y acelera el envejecimiento.

Embutidos grasos

Suele ser un alimento socorrido pero no son beneficiosos para el organismo. Por lo general están fabricados con carnes de baja calidad, mezcladas con grasas animales, sal y varios compuestos como espesantes, acidulantes, colorantes.

Bollería industrial, comida precocinada y patatas fritas.

Lo ideal es suprimirlos de la dieta lo máximo posible, ya que son sinónimo de azúcar, hidratos con más azúcar y grasas vegetales de baja calidad. Los platos ya preparados han pasado por una serie de tratamientos químicos que pueden degradar sus propiedades iniciales. Otro alimento muy clásico de la gastronomía española son las patatas fritas muy frecuentes en las tapas o aperitivos. Son muy sabrosas pero con demasiada sal, grasas y calorías.

Cuida tu salud! Para ello, Intenta resistir la tentación o modera la frecuencia de ingesta de estos alimentos y sustitúyelos por otros más saludables como el té verde, el agua y las verduras.

  Fuente:https://www.vogue.es/